En este año 2022, en el marco del día mundial de la salud, recuerdo que, Sir Charles Darwin expuso en su teoría de la evolución que,
«… no es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios…».
Y Viktor Frankl dijo también que:
«… cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos…».
El mundo cambió en diciembre del 2019, un virus, desconocido e ignorado por muchos, modificó la forma en la que vivíamos y las prioridades del ser humano. La ignorancia en los temas de salud, es una causa de miedo. Lo hemos sentido cuando enfermamos y no sabemos qué es lo que nos está pasando.
La salud, es muy importante.
De acuerdo con mi colega, Francisco Moreno Sánchez (médico), para los trabajadores de la salud
“… ha sido un tiempo de impotencia, desgaste y frustración…”.
Quienes amamos esta profesión, siempre “…usamos el conocimiento y nuestras habilidades, para procurar la salud de quien la necesita…»
El papel de la mujer en la salud de las familias mexicanas, es una constante…”. Afortunadamente en esta pandemia, “… la naturaleza de la enfermedad respetó más a la mujer que a los hombres y no ocurrió como en otras pandemias, donde la mortalidad en las mujeres ha sido más alta, porque prefieren que sus hijos, su pareja o sus padres, sean atendidos antes que ellas…”. Mi reconocimiento y agradecimiento infinitos, a todas las mujeres.
El daño emocional provocado por el confinamiento, ha afectado a todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, los niños y los adultos mayores, han sido los más lastimados. Los primeros, dejaron de tener la convivencia social que te hace ser parte de un grupo. Los segundos, con la falta de actividad física por el encierro y la poca interacción social por el aislamiento, han tenido un impacto tremendo en ese decaer gradual, que irremediablemente tenemos con el paso del tiempo.
La pandemia provocó además, cambios en los hábitos de ejercicio, de alimentación y de evaluaciones médicas de rutina.
La mejor medicina es la que logra prevenir que aparezcan las enfermedades, mantiene una población sana y productiva, disminuye los costos y permite tener una mejor calidad de vida. La medicina preventiva, es la principal razón por la cual hoy, el ser humano vive en promedio 40 años más, que quienes habitaban este mundo siglos atrás.
Los esfuerzos para reintegrarnos a una vida social “normal”, deberán de ser graduales, para que no vivamos en el exceso y el libertinaje, después de la restricción y el aislamiento. No podemos olvidarnos de las medidas que nos han ayudado a seguir con vida. Se requiere de un esfuerzo muy grande, tanto de los pacientes, como de las instituciones de salud, para recuperar la salud que perdimos durante este tiempo. La vida sigue y vamos a coexistir con el SARS-CoV-2.
Individualmente, sabemos que no tenemos un sistema inmune infalible, se debe conocer el estado propio de salud y determinar, qué actividades exponen al riesgo y cuáles se tienen que evitar. Conjuntamente, la higiene y el uso adecuado del cubrebocas, son un par de medidas simples que, como mecanismo de protección, es fácil y eficaz.
Como sociedad, debemos de disminuir los factores de riesgo, que llevaron a una mala evolución y a la muerte a muchas personas. La obesidad, la diabetes y la hipertensión, han marcado la necesidad de un cambio radical en nuestros hábitos.
Necesitamos estar en mejor forma física, para enfrentar retos como el que hemos tenido. Forjemos una cultura de prevención, lo cual es fundamental para la salud de toda la población.
Director general del Hospital San Lucas
Oaxaca Oax.
Abril 2022
#TuSaludNosMueve
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